Cocina para principiantes: Trucos y recetas para sobrevivir
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22 enero, 2018Has decidido montar una empresa y ahora estás viendo cómo hacerte un hueco en el mercado, hasta aquí bien. Probablemente hicieras un estudio previo, parte fundamental de tu Plan de Empresa, ya te veo, carpeta en mano, haciéndole una y otra vez el mismo cuestionario a todos tus amigos y familiares. ¿Y luego qué? ¿Estudiaste a la competencia? Ni se te ocurra decir que lo tuyo es algo tan nuevo que no tienes competencia, error en el que hemos caído muchos emprendedores cuando empezábamos. Que no haya ninguna empresa proporcionando tu servicio no significa que la gente no esté supliendo esa carencia a través de costumbres ancestrales, ayuda de conocidos o productos similares.
Así que la competencia existe siempre aunque sea en forma de receta de la abuela. Y tú tienes que diferenciarte de dicha competencia. Grábate, hazme el favor, estas dos palabras en la cabeza: Valor e impacto. Y repítelas a diario como si de un dogma de fe fuera. Porque a la hora de marcar la diferencia, tendrás que basarte en algo: mi producto es más eficiente, más ecológico, más lujoso, más útil, lo que sea, cualquier cosa que te diferencia de los demás, salvo el precio.
No es que sea malo ser el más barato del mercado, el problema es que si te das a conocer por ese valor, si montas una campaña lo suficientemente exitosa como para generar impacto, ¿Qué pasaría si mañana dejaras de ser la marca más barata? No habría correlación entre la forma en la que te conoce el consumidor y la realidad de precios, lo cual pueden tomarse (los clientes siempre tan susceptibles) como un engaño. Y claro, alguien que se siente engañado, enseguida deja de gastar dinero en ti.
Llegado este momento puedes reinventarte, sí claro. Buscar un nuevo eslogan, un nuevo reconocimiento (el que fuera) y predicarlo a los cuatro vientos. Invertir en publicidad. Apostar por las redes. Ampliar tu equipo de Marketing… ¿De verdad todo esto te saldría rentable? Piensa que si eras el más barato del mercado sería por dos motivos muy básicos:
- a) Gastabas menos que nadie en producción.
- b) Redujiste tus ganancias por debajo de los demás.
Si eras de los del segundo grupo, probablemente no podrías invertir ahora en reinventarte. Fin de la partida. El último que apague.
Por eso el valor de tu empresa nunca debe estar en el precio, porque siempre habrá alguien que haga lo mismo que tú pero más barato. Puede que no hoy, puede que no en el próximo año, pero recuerda que toda empresa necesita un tiempo para asentarse y comenzar a ganar dinero. Sería una pena que justo cuando acababas de recuperar la inversión inicial y tuvieras, por fin, esos beneficios deseados, llegara otro y te quitara tu cuota de mercado sólo porque él es más barato.
http://laperfectaprometida.com/blog/sabes-cuanto-cobra-una-wedding-planner/
Gracias a Ana de Once a Day por las fotos.