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28 abril, 2025El Banco Central Europeo (BCE) ha mantenido en los primeros meses de 2025 una política monetaria restrictiva, con tipos de interés en niveles históricamente altos, en un intento por asegurar que la inflación se consolide en su objetivo del 2%. Aunque los precios han moderado su ritmo de crecimiento respecto a los máximos de 2022-2023, la cautela sigue dominando las decisiones del organismo presidido por Christine Lagarde.
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Un escenario de desaceleración, pero con riesgos
Tras una serie de incrementos agresivos entre 2022 y 2023, que llevaron el tipo de refinanciación al 4.50% (su nivel más alto desde 2008), el BCE optó por una pausa en 2024. Ahora, en 2025, los analistas esperaban posibles recortes, pero la resiliencia de la inflación subyacente —especialmente en servicios— y los repuntes en el precio de la energía han retrasado el ajuste.
«El mensaje del BCE es claro: la batalla contra la inflación no ha terminado», afirma Claudia Rodríguez, economista jefe de BNP Paribas. «Aunque la Eurozona crece a un ritmo modesto (0.3% en el primer trimestre), el empleo resiste y eso permite al Banco mantener la presión».
¿Cuándo llegarán los recortes?
Los mercados han ido ajustando sus expectativas: si a finales de 2024 se anticipaban al menos tres bajadas de tipos este año, ahora la mayoría de gestores apuestan por una o dos, empezando en junio o septiembre. El dólar fuerte y la incertidumbre geopolítica —con tensiones en Oriente Medio y el alza del petróleo— refuerzan esta prudencia.
«El BCE no quiere cometer el error de relajarse demasiado pronto», explica Markus Weber, estratega de Deutsche Bank. «Si recorta antes de la Fed, podría debilitar el euro y generar presiones importadas».
Divergencias en la Eurozona
Mientras economías como Alemania y Países Bajos registran casi estancamiento, otras como España e Italia muestran mayor dinamismo (creciendo en torno al 1% anual). Esto complica la política única monetaria: países del sur presionan por alivio crediticio, pero los núcleos duros (Alemania, Austria) piden paciencia.
El crédito bancario, por su parte, sigue contraído (-0.8% interanual en marzo), lo que frena la inversión. «Las pymes son las más afectadas», señala Luisa Méndez, de la Asociación Europea de Empresas. «Necesitan señales claras para planificar».
Perspectivas: ¿el final de la restricción?
La mayoría de expertos cree que el BCE iniciará un ciclo de recortes graduales en la segunda mitad de 2025, llevando el tipo de refinanciación hasta el 3.75%-4% a final de año. Todo dependerá de:
- La evolución salarial: Los acuerdos colectivos en Alemania (+5.3% en 2024) preocupan.
- La energía: Un invierno suave ha ayudado, pero conflictos o sanciones podrían alterar el equilibrio.
- La Fed: Si la Reserva Federal (EEUU) baja tipos antes, el BCE tendría más margen.
Conclusión
La prioridad sigue siendo la estabilidad de precios, incluso a costa de un crecimiento anémico. Los hogares y empresas deberán convivir con créditos caros unos meses más, aunque el alivio parece cada vez menos lejano.